Básicamente, el origen del acné en sus diferentes formas está en la hiperactividad de las glándulas sebáceas que terminan saturando la capacidad de las mismas y originando quistes debido a la retención de sebo dentro de las mismas.
Es un problema relacionado a las hormonas, sobre todo testosterona por eso se presenta sobre todo en la adolescencia y en el sexo masculino, en menos grado se ve en mujeres y en ocasiones se continúa hasta la edad adulta.
Su tratamiento tiene una fase cosmetológico indispensable que consiste en mantener “limpia” la zona y lograr de alguna manera “pulir” la superficie. Esto se logra con limpieza de cutis y peelings de los más variados.
La segunda fase es médica básica: mantener la zona sin que se infecte secundariamente y eso se logra con antibióticos.
Pero el tratamiento real de sus orígenes lo tenemos cuando inhibimos la secreción sebácea y esto lo logramos con la isotretinoina. Solamente un tratamiento médico realizado por expertos en el tema puede conducir al éxito en este tratamiento.
El tratamiento del acné requiere:
- Limpieza profunda de cutis
- Microdermoabrasión de las capas superficiales de la epidermis
- Peeling secuenciales para dejar los orificios de las glándulas abiertos
- Tratamiento antibiótico general y local